Las ciudades de los antiguos mayas que quedan aún en pie son vestigios de una de las civilizaciones más seductoras de la vida prehispánica de México.

Cobá, cuyo nombre quizás significa “agua picada” se ubica en el actual estado de Quintana Roó como un maravilloso ejemplo de la complejidad de esta cultura y a través de sus construcciones y obras es posible conocer un poco más sobre su concepto de mundo, de vida y de creencias.

Se calcula que 2500 años antes de nuestra era grupos de agricultores comenzaron a cruzar por estos lugares y poco a poco construyeron asentamientos.
Hacia el año 100 de nuestra era Cobá fue levantada estratégicamente entre varios cuerpos de agua que seguramente fueron parte del sustento de su alimentación.

En medio de un ambiente cálido y de un movimiento incesante la vida de los habitantes de Cobá llegó a su apogeo hacia el año 600 junto con la construcción de grandes edificaciones en piedra. Es aquí donde a 42 metros de altura se levanta imponente la pirámide más alta de la Península de Yucatán: el Nohoch Mul. Desde su cúspide los mayas de Cobá pudieron dominar la planicie selvática y otras construcciones de su gran ciudad de alrededor de 70 km.

La amplitud de esta urbe nos habla de una peculiar organización constructiva que hoy conocemos como el Grupo Cobá, el Grupo Mahanchop, el Conjunto de las Pinturas y el Grupo Nohoch Mul. Estos espacios están comunicados a través de una red de caminos llamados sacbeob, hasta ahora descubiertos unos 50 que se extienden hacia los 4 puntos cardinales y que además comunicaron a la ciudad con poblados aledaños, largos trechos que llegaron a sitios como Yachsuná, un poblado cercano a Chichén, a unos 100 km de distancia.

Los mayas de Cobá seguramente fueron observadores meticulosos y lograron un refinamiento en su escultura que aún hoy es posible descubrirla a través de las 34 estelas esculpidas, testigos del devenir de esta enigmática ciudad. Aunque el paso del tiempo ha hecho lo suyo, en algunas de las estelas es posible observar la huella de sus gobernantes que, a través de relieves y jeroglíficos, nos cuentan acerca de momentos significativos de su vida como el nacimiento, matrimonios, ascenso al poder, las conquistas militares que lograron e inclusive su muerte. Pero a través de estos “libros de piedra” deducimos también el desarrollo de su matemática y cálculo del tiempo. Es justo aquí, en Cobá, donde se encuentra la peculiar estela que marca la polémica fecha del 12 de diciembre del año 2012.

En el año 1000 de nuestra era la ciudad alcanzó su máximo desarrollo constructivo y tan sólo 250 años después comenzó su declive. Entonces se supone que Cobá se convirtió en centro de peregrinaje. Poca gente debió habitarla.

De esta ciudad se ha explorado quizás el 1% por lo que aún conocemos muy poco pero su belleza, arquitectura y vestigios nos permiten develar el legado de los mayas, tanto del pasado prehispánico como de sus actuales herederos

www.guiamaya.com.ar ©